Hay dos puertas.
Ahora no hay nadie allá, culpa de los ruidos que atormentan de noche en las casas grandes.
Pero igual, el que quiere se anima. El que se arriesga de verdad es el que se asoma de cuerpo entero, porque la nariz sola no basta.
Chipote es el más animado.
También el más narigón de los perros, y por algo debe ser.
Eladio es tímido.
NO. No tímido. Miedoso es, el pobre.
La nariz chiquitita, siempre muy fría y mojada. Nariz de pasa de uva refrigerada. Pobre Eladio, al final siempre se hace pis.
Ruth es perra de raza pura, caniche toy. Es la más ladrona, en los dos sentidos de la palabra. Y aunque tenga miedo, se asoma toda entera para que se le ericen los rulos, para verse más bonita.
Los tres perros son un equipo, un trío, encargado de la vigilancia de la puerta de adelante.
Pero a esta hora de la noche que empiezan a sonar los ruidos raros, es una historia aparte.
No hay nadie allá.
Así que estos perros se lamen las patas en la cocina, y mientras, las orejas se les mueven solas, escuchando.
De pronto les sube el coraje, y se asoman a ver.
Pero los perros son cortos de vista, se sabe, así que de mucho no sirve.
martes, 17 de julio de 2007
sábado, 7 de julio de 2007
miércoles, 4 de julio de 2007
lunes, 25 de junio de 2007
una familia se muda
No lo sabían antes.
Ni lo sospechaban.
El papá dijo: he comprado una casa.
La mamá dijo: espléndido!
El hijo dijo: vamos a verla!
Cuando el papá repartió las patas de rana, no lo supieron.
Cuando se vieron llegando a la playa, a la luz de la luna, no lo supieron.
Cuando se fueron sumergiendo, y se abrieron paso entre los cardúmenes, no lo supieron. Pero algo sospecharon.
Cuando vieron, detrás de las burbujas, una hermosísima casa colonial rodeada de musgo, lo sospecharon definitivamente.
Luego vino la mudanza, con submarino y todo.
Y entonces lo supieron.
Ni lo sospechaban.
El papá dijo: he comprado una casa.
La mamá dijo: espléndido!
El hijo dijo: vamos a verla!
Cuando el papá repartió las patas de rana, no lo supieron.
Cuando se vieron llegando a la playa, a la luz de la luna, no lo supieron.
Cuando se fueron sumergiendo, y se abrieron paso entre los cardúmenes, no lo supieron. Pero algo sospecharon.
Cuando vieron, detrás de las burbujas, una hermosísima casa colonial rodeada de musgo, lo sospecharon definitivamente.
Luego vino la mudanza, con submarino y todo.
Y entonces lo supieron.
martes, 19 de junio de 2007
Sueño
El escenario era el cuarto de ella, y el público estaba sentado en la cama marinera.
La escena uno:
se cepillaban los dientes con manteca de cacao.
Entreacto:
arcadas en el baño.
La escena dos:
ella entra con un cepillo de enrular, y, cantando el himno de la alegría, al ritmo, se cepilla a ella y a los otros actores.
Final:
el público ríe, pero no tanto.
Conclusión:
la idea no estuvo tan buena.
La escena uno:
se cepillaban los dientes con manteca de cacao.
Entreacto:
arcadas en el baño.
La escena dos:
ella entra con un cepillo de enrular, y, cantando el himno de la alegría, al ritmo, se cepilla a ella y a los otros actores.
Final:
el público ríe, pero no tanto.
Conclusión:
la idea no estuvo tan buena.
lunes, 4 de junio de 2007
Vicio
A veces los pájaros se ponen quisquillosos, y les da por tomar soda.
Cuando no lo agarran al sodero de sorpresa, cruzando la plaza, se posan sobre las mesas de los bares y se toman la sodita del café.
Es ese nosequé de las burbujas lo que los hace delinquir.
Después no pueden disimular, aunque lo intenten, porque en el silencio de las tardes plumíferas, se les escapan los erutos.
domingo, 27 de mayo de 2007
Anécdota
martes, 15 de mayo de 2007
Ventana

-Pero qué dice, Ernesto, solo están revoloteando.
-Mi tía Berta siempre decía que cuando las aves revuelan por los cabellos, anuncian el amor.
-El amor es una cosa grande. Muy grande.
-Justamente.
-No, no. No me animo. Propóngame matrimonio, a secas.
jueves, 10 de mayo de 2007
Tragedia
Fue una lástima para ellos
Olvidar tan pronto el invierno.
Después se mandaban a hacer bufandas
Pero ya nadie sabía pedir perdón.
Olvidar tan pronto el invierno.
Después se mandaban a hacer bufandas
Pero ya nadie sabía pedir perdón.

lunes, 7 de mayo de 2007
jueves, 3 de mayo de 2007
lunes, 30 de abril de 2007
al oído
colgadas de una soguita
secándose al cielo color berenjenas
hay un pajarito gordo
de ojos desorbitados
que lleva el mensaje con el pico
y hay un señorcito-más bien azul-
que espera con la oreja puesta
las noticias del amor
que todavía no conoce
ilustración: amapola
texto: cronopio
Una jirafa

Está sola en su recinto. En realidad no está sola: hay algunas cabras también, pero mucho más abajo, donde asomarse da dolor de cuello. Así que es como si estuviera sola, pobre Jirafa.Le sirven su comida en una especie de palco, o carajo de barco, o poste de luz. Alto alto como ella. No tiene que defender su alimento, por cierto. Salvo las visitas de los plumíferos. Pero es distinto. No se acercan tanto por la comida como por la paz hipnótica que les producen las pestañas de Jirafa, tan largas y tan pestañas. Y se quedan a comer porque Jirafa consiente. Porque la comida alcanza para todos. Porque es lindo compartir.Después se van volando, siempre tan apurados los pájaros. Y Jirafa se queda sola nuevamente, en medio de los jejenes y las moscas negras (que le zumban groserías en las orejas, las muy guarangas). Sola otra vez, tan pero tan lejos de sus patas (es una tristeza gravitacional verla dormir de pie)
Pero Jirafa tiene una ventaja en su soledad. Es el único animal de todo el zoológico que puede ver por encima de las rejas.
texto: cronopio
ilustración: amapola
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